Train to Machu Picchu – Ollantaytambo – Cusco | Peru Rail | Deals | Perurail

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Un regalo que trasciende: Machu Picchu y Cusco para mamá 

Hay regalos que se disfrutan un momento. Y hay otros que se convierten en parte de quienes somos. Este Día de la Madre, te invitamos a pensar en un obsequio distinto: un viaje a Machu Picchu, Valle Sagrado y Cusco no solo como destinos, sino como una experiencia que celebra su historia, su fuerza y su belleza.

Machu Picchu: la joya de los Andes 

Machu Picchu no necesita presentación. Pero lo que muchos no saben es que este lugar no solo deslumbra por su arquitectura o su historia, sino por la paz que transmite. Es un espacio donde el tiempo parece detenerse, ideal para regalarle a mamá un momento de contemplación, de conexión y de asombro. 

Qué hacer: 

  • Recorrido guiado por la ciudadela inca. 
  • Tiempo libre para contemplar el paisaje. 
  • Fotografías en el mirador de la Casa del Guardián. 
Cusco: historia viva y encanto colonial

Cusco no es solo una ciudad, es un viaje en el tiempo. Caminar por sus calles empedradas es recorrer siglos de historia viva: desde los muros incas que aún sostienen casonas coloniales, hasta plazas que han sido testigo de imperios, revoluciones y celebraciones. Para una madre que aprecia la belleza en los detalles, Cusco es un regalo de elegancia y profundidad. 

Experiencias recomendadas:

  • Visitar la Catedral del Cusco, una joya del arte barroco andino. 
  • Recorrer el Qoricancha, antiguo templo del sol, donde la espiritualidad inca y la arquitectura colonial se entrelazan. 
  • Disfrutar de una tarde en San Blas, el barrio de los artistas, con sus tiendas de diseño, galerías y cafés con encanto. 
  • Terminar el día con una cena gourmet con vista a la Plaza de Armas, donde la cocina peruana se convierte en arte. 
Valle Sagrado de los Incas: belleza natural y espiritualidad 

A solo una hora de Cusco, el Valle Sagrado de los Incas se despliega como un lienzo natural de montañas, ríos y campos dorados. Es un lugar donde el tiempo parece fluir más lento, ideal para una madre que busca reconectar con la naturaleza, la cultura y consigo misma. 

Lugares imperdibles: 

  • Pisac: con su mercado artesanal lleno de color y sus terrazas incas que se asoman al abismo. 
  • Ollantaytambo: un pueblo vivo construido sobre cimientos incas, con una fortaleza monumental que domina el valle. 
  • Urubamba: el corazón del valle, perfecto para una pausa en un hotel boutique, un almuerzo campestre o una tarde de spa rodeada de naturaleza. 
  • Aquí, cada experiencia es una invitación a la contemplación: desde una caminata entre ruinas hasta una conversación tranquila frente a los Andes. 
Sacsayhuamán: la fortaleza que domina Cusco

Elevada sobre la ciudad, Sacsayhuamán es una de las obras maestras de la ingeniería inca. Sus muros ciclópeos, ensamblados con precisión milimétrica, transmiten una fuerza serena que impresiona sin necesidad de palabras. Es un lugar ideal para una madre que valora la grandeza silenciosa, la historia profunda y los paisajes que invitan a respirar hondo. 

Qué hacer: 

  • Recorrer sus terrazas con un guía que revele sus secretos. 
  • Disfrutar de una vista panorámica de Cusco al atardecer. 
  • Combinar la visita con otros sitios cercanos como Qenqo, Puka Pukara y Tambomachay, en una ruta suave y enriquecedora. 

¿Cómo hacerlo realidad? 

El viaje en tren: elegancia en movimiento 

Llegar a Machu Picchu, Cusco o Valle Sagrado en tren es una experiencia en sí misma. Vagones con ventanales panorámicos, servicio de primera y paisajes que parecen pinturas en movimiento. Es la forma más cómoda y sofisticada de acercarse a la maravilla, perfecta para una madre que merece lo mejor. 

Qué descubrirás: 

  • Ventanas panorámicas con vistas al Valle Sagrado. 
  • Servicio a bordo con snacks y bebidas. 
  • Opciones de trenes de lujo con música en vivo y gastronomía andina. 
  • Puedes conocer todos nuestros: Hiram Bingham, Vistadome Observatory, Vistadome y Expedition 
Un gesto que dice más que mil palabras

A veces, lo más valioso que podemos ofrecer no es algo material, sino un momento compartido. Un viaje a Machu Picchu, Cusco o Valle Sagrado puede ser una forma de agradecer, de reconectar, de decir “te admiro” sin necesidad de decirlo. Porque hay emociones que solo se entienden cuando se viven.  

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